lunes, 12 de enero de 2009

Beso cien

Amnesia (II)

-"Apenas van noventainueve".

El anciano lo miró con picardía.

-"Tal vez el beso cien está hecho para vivirse y no para contarse. ¿Sabes manejar?".
-"Yo creo que mejor le decimos a mi tía si nos da permiso".
-"Yo ya no soy problema de tu tía".

Toma su sombrero.

-"Me llevas o me voy caminando".
-"¿En qué coche?".

El anciano le mostró unas llaves.

-"No me digas que es la carcacha de la esquina, no creo que encienda".
-"Sí enciende. Le queda un viaje. No necesito más . . . Llévate el cuaderno".

Al otro lado de la calle un muchacho con cámara al cuello compra "El beso" de Rodin.

-"Te advierto que apenas sé manejar".
-"Te advierto que no me importa".

Un hombre de fachada triste maneja detrás de ellos. Llueve. Una mujer misteriosamente masculina apura el paso delante de su auto.

Un niño le extiende un caleidoscopio a una muchacha que usa una luna en el cuello. Bajo la lluvia una pareja se despide.

-"¿Alguno de los besos es cierto?".
-"Muchacho, algún día entenderás que todos los besos del mundo caben en uno sólo".

En una barda se lee "... es una ecuación de complicidades".

-"Para, aquí es. Dame el cuaderno".

Una mujer sale a su encuentro.

El anciano le muestra las hojas.

-"Aquí estoy . . . prometí entregarte el libro".

Sonríen.

-"Necesitaría mil besos para entrar en tu vida . . .".
-"Pero a ti te bastaría uno para arrebatarme la mía".

La lluvia ha cesado. Las gotas regalan minúsculos universos en el jardín renaciente.

El muchacho mira al cielo...piensa...

¿Hace cuánto que no besas y sonríes?.

¿Qué canción toca en tu mente cuando besas?.

¿A qué sabe un beso robado?.

¿En qué labios se posará tu próximo beso?.

CIEN BESOS.
FIN

viernes, 9 de enero de 2009

Beso noventainueve

El papelito.

Un beso siempre llega a su destino.

Beso noventaiocho

La paloma (III)

- "Mira en serio que eres buen tipo, pero . . . pues el amor . . . ¿sabes? . . . osea no pienses que soy una ninfómana, me enamoré, ¡no no te violentes! . . .".

Emite una espigada bocanada de humo.

-"Tú también tienes algo de culpa . . . todo el día en la oficina . . . y luego llega otra persona . . .".

Mira por la ventana.

-"Mira te puedo dejar unos días el depa, en lo que buscas otro lugar, no me lo tomes a mal pero es de mis papás y pues . . . ya no voy a ser tu esposa . . . ¿ya tienes abogado? . . . no te preocupes lo último que quiero es pelear . . . ya me voy".

Sus palabras apenas se traslapan en mi atención. Afuera llueve.

Un suicidio no sería mala salida para un aprendiz de escritor. chip chip la lluvia. Marianita me va a extrañar. Tal vez saludarla una última vez. ¿Donde dejé las llaves del coche?. ¿Paraguas para qué? Los muertos no se enferman de gripa. ¿Tal vez un tiro? Muy violento. ¡Éste maneja como idiota!. Pastillas ... ¡Seguro las pastillas! así sólo creerán que fui estúpido y me sobremediqué. Nunca hay lugar para estacionarse en casa de mis papás. La bugambilia hubiera crecido bonita si hubiera enterrado ahí a la paloma. ¡La paloma! casi se me olvidaba.

No está Marianita. ¡Seguro ya remodelaron mi cuarto!. ¿Qué habrá sido del flaco? Seguro se murió de un pasón. Todo lo dejaron igual, le notaron a Sofía lo infiel y tomaron sus medidas. ¿Qué guardaba en la cajita?. Mira qué tiernas cartitas ¿¡Quién te viera Sofía!? . . . ¿Se sentirá culpable? ¿Qué es este papelito enrollado?.

De repente el sonido de cristales y láminas rotas. ¡Mi coche!.

Salgo corriendo.

Mojada y nerviosa una mujer me mira.

-"¿Es tuyo? . . . en serio discúlpame apenas voy aprendiendo y el pavimento está mojado. ¡Le hablo al seguro!¡Te... te.... te lo pago todo!".

Sus ojos cuentan mi historia. Mi torpeza con la resortera, los pantalones largos, mis amores de poeta, los rizos de Marianita, mi suicidio. Me mira desde mi propia memoria.

-"¿Te conozco?".
-"Soy nueva por aquí. . . me llamo Paloma".

Sonrío. ¿Qué dirá el papelito?.

Beso noventaisiete

La paloma (II)

La voz del flaco se oye en el fondo. Tomo la resortera, apunto.

Mi tiro es ridículo, la paloma vuela burlona delante de mis ojos.

Despierto.

Tal vez el sueño fue cierto, tal vez nunca maté la paloma. Con el corazón frenético busco la caja de zapatos debajo de la cama. La abro.

El cuerpo de la paloma me regresa a la realidad. Se ha comenzado a hinchar.

Ya no la podré camuflar entre los pollos crudos. Matar para comer no es pecado. Me asomo por la ventana, la madrugada sigue sin marcharse.

Ahí, abajo de la bugambilia nadie se dará cuenta. Bajo silencioso hasta el jardín. ¡Cómo pesa esta pala! Se me cae de las manos. Intento sacar tierra con mis dedos. ¡Agh! está helada. Matar para comer no es pecado. Nunca pasaría por un pollo, es muy pequeña. ¿Y qué hago con el papelito? ¡Era mensajera!.

Atribulado y sin sentir las manos me siento en el gélido pasto. El periódico ya llegó. ¡Perfecto!. Economía, Política, Vida, Clasificados . . . ¡Los clasificados! . . . ¿o mejor vida? . . . no mi mamá la lee.

Miro por última vez el cuerpo de la paloma, lo envuelvo entre hojas de periódico hasta que pierde su forma. ¡El papel! . Ya no quiero mirar sus ojos vidriosos, hurgo entre mares de clasificados hasta encontrar la patita tiesa. Saco el papel. ¿Qué dirá?. Ver mensajes de otros es de niños majaderos. Lo meto en la caja de zapatos y vuelvo a mi cama.

La sábana me recibe tibia. El sol apenas asoma.

***

-"¡Hermaniiiiiiiittttttttttoooooooo. No te vayas!". Mariana se abraza a mi pierna.
-"Bueno, no me voy pero te traigo a Sofía a vivir aquí ¿sale?".

Mariana hace un puchero.

-"Hermanito mira lo que me encontré abajo de tu cama".

Sostiene en sus manos una vieja caja de zapatos.

-"Guárdamela manita, para cuando regrese". La abrazo.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Beso noventaiséis

La paloma (I)

-¡Flaco, flaco!.

Y ahi va el flaco, cierra el ojito derecho, saca la lengua, tensa la liga de la resortera y ¡zaz!, un tiro certero que hace silbar al aire; preciso; justo al centro del pecho de la paloma que cae inerte.

-¡Viva el flacoooo!.

Y el flaco nos mira, desde la superioridad que le da ser el de mayor edad, eterno residente del cuarto año. Finge humildad. Mira despectivo a su presa. Se encoge de hombros.

Ahora camina hacia mí, me extiende la resortera:

-Te toca escritor.
-No sé.
-Es bien fácil, sólo agárrala fuerte.

El flaco me quiere moler, mi ridículo es el epílogo de sus victorias, siempre me escoge a mí para evidenciar con mi torpeza su habilidad.

Tomo la resortera, por un momento al entrar en contacto con ella me siento besado por el optimismo. ¿Y si hoy es mi día?¿Y si algún día puedo matar yo una paloma?

Cierro mi ojo, saco la lengua (ahora soy un mal imitador del flaco) y sale mi tiro . . . La piedra me raspa los dedos y cae al suelo a menos de un metro. Las risas burlonas me taladran.

-Idiotas, es la última vez que juego con ustedes.
-No se me enoje escritor (y el flaco me talla el cabello). Vengan los dos pesitos por las clases escuincles.

La soledad de la calle pintada de luna se traga al flaco.

***

El flaco ya no va a la escuela, "es un vago", sentencia mi padre , "nada más te vea con él y te muelo a palos".

"Lo vi en el kiosco" dice Rovirosa, "dicen que ya no come que sólo fuma", "mi mamá dice que tiene la piel verde" acota una voz en el fondo.

***

El flaco me intercepta a la salida de la escuela

-Hermanito ¿cómo estás? ¡cómo haz crecido ¿eh?!. Hermanito (se limpia la nariz con rudeza) hazme un parito, dame 10 pesares, te juro que te los pago el Lunes.
-No tengo varo flaco, me acabé todo mi domingo.

Los ojos del flaco se llenan de ira.

-Son 10 pesos hermano. Me matan si no me los das. Anda saca que los traes.

Comienza a meter sus manos a mis bolsillos con desesperación.

-¡No tengo!
-¡Mira idiota que si no vas a tu casa y me traes diez pesos te juro que te las ves conmigo!
-¡No te voy a dar nada . . . (las palabras se agolpan en mi garganta) maldito vago ladrón!

El flaco se echa atrás como un animal herido. Me mira con sorpresa. Traga saliva.

-Para que veas que no soy ningún ladrón (su voz se quiebra) te voy a dar una oportunidad de irte sin darme nada.

Saca su resortera y la pone delante de mi cara.

-Mata una paloma y te largas.

Ahora mis manos parecen pinchadas por minúsculos alfileres, la resortera se siente gélida.

No cierro el ojo, sólo la levanto delante de mi cara. Ahora pesa una tonelada. Tomo una piedra y la coloco en posición. Ningún grupo de palomas, nada que parezca un blanco fácil.

-Allá (muje el flaco imperativo).

Minúscula y ágil una paloma se desliza por un cable de luz.

-Ni de milagro le das.

Cierro ambos ojos. Tiro sin ninguna técnica. ¡Zuuuuuuuum! la piedra corta el aire con un chillido agudísimo.

Ahora miro. Del cable desciende en multicolor una nuble de plumas.
El flaco se marcha en silencio sin mirarme.

Me acerco a la paloma en el piso. La piedra le partió el pecho en dos.

Con su último espasmo de vida alza la pata. Trae un papelito atado. Era mensajera.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Beso noventaicinco

DPM

Optimista en tus labios.

Frágil en tu mejilla.

Hirviente en tu cuello.

Cortés en tu mano.

Curioso en tu vientre.

Mi beso tiene personalidad múltiple.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Beso noventaicuatro

Tessi.

Tessi pinta sus labios. El maquillaje va borrando al hombre conocido y trayendo a la mujer incógnita, nueva y ancestral de cada noche.

Mientras el tiempo golpea su ventana, la seda negra de las medias sube por sus piernas flamígeras.

Antes de salir echa un último vistazo ; es perfecta; Apolo y Venus, la lanza y la flor, la roca y el viento.

Decide. Hoy traerá un beso de regreso a casa.