viernes, 26 de septiembre de 2008

Beso ochentaisiete

La actriz (II).

¿Cómo sería la muerte?. No era la primera vez que lo pensaba.

En el cine, justo después de los avances la sala se llenaba de oscuridad. "Así es la muerte" se repitió en silencio una y otra vez.

Los primeros días sus pocos cercanos reales (y los muchos de ocasión) lo visitaban maquillando su tristeza.

Después, la soledad fue su compañera. Cerraba los ojos e imaginaba que el repique del medidor de pulso era la cuenta regresiva previa a una cinta: tres , dos , uno y siempre al final de la espiral de números aparecía ella, impoluta, misteriosa, nueva.

Un día por la puerta de su cuarto apareció un doctor barbado de enormes ojos azules.

-"A usted no lo había visto".
-"Pues yo te conozco desde hace mucho".

Su alma se llenó de paz.

-"Llévame al cine".
-"A eso vengo".

Lo tomó de la mano y se levantó de la cama. Sintió sus piernas fuertes como nunca, caminaba casi flotando por la habitación. Una intensa luz se colaba por los resquicios de la puerta hacia el pasillo. Al abrirla encontró una sala lista para proyectar una película, tomó asiento.

Al correrse el telón apareció ella, angelical, silenciosa; lo miró a los ojos. Ambos sonrieron.

***

-"¿Hora de la muerte?".
-"Veintidós veinte doctor".

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